domingo, 27 de mayo de 2007

Eternas Masturbaciones

Una película porno aparenta ser esa clase de obras que no pueden explicarse ni contarse: cualquier intento de hacerlo suele inspirar un escepticismo burlón, máxime en los advenedizos al género. Pero además del límite cultural y conceptual de esos advenedizos, puede ocurrir que los partidarios, los críticos o los apologistas no sepan explicarlas o contarlas. A menos que la pornografía tenga una esencia similar a cosas como las frutas, algunas de cuyas cualidades más representativas, sin embargo, se resisten a explicaciones intuitivas; en efecto, ¿qué significa que la naranja sea anaranjada o que su sabor sea dulce? Por suerte, lo que se busca en un objeto de consumo es mera satisfacción personal, lo mismo que en una película porno, porque una película porno también es un objeto de consumo, aunque generalmente de tipo privado, como el sexo, el whisky y, a veces, como la misma naranja. Y en nombre de quienes más se lo merecen: los increíbles actores –mujeres y varones– algo tengo que explicar para contribuir a que la película Eternas Felaciones sea consumida.
Todavía creo que el título original debió de haber sido “Eternas Masturbaciones”, porque refleja más precisamente la idea del film; y ya con esta mención estoy anticipando demasiado porque, aunque la película no pertenece al género de suspenso, incluye modestamente algunos tramos misteriosos cuya clave debiera preservarse. En tren de evitar decepciones en el espectador, me apuro a aclararle que traté –todo lo que me fue posible– de evitar los primerísimos planos de genitales (después me cuentan si extrañaron algo), porque la verdad que no me gusta el estilo, ya tradicional, de la mayoría de las películas triple X que se prestan más para proyecciones en aulas universitarias o congresos ginecológicos que en ámbitos de intimidad sexual. Prefiero la tendencia erótica (hasta no hace mucho comandada exclusivamente por directoras femeninas y que colpasó por su pertinacia en confundir erotismo con amor), y una de mis metas en el rubro es lograr algún día una obra que pueda calificarse sin vacilación como «porno erótico». Ahora, como también creo que el orgasmo no se alcanza en una auténtica relación sexual, o sea en un acto completamente compartido, donde hay acuerdo sincero en las causas y los efectos, sino que el orgasmo es patrimonio de la pura masturbación (incluyendo la variante denominada “mutua”, donde lo único mutuo es el permiso para masturbarse a costa del otro), traté de ilustar esta tesis en cinco contextos diferentes que propician la solapada y egoísta masturbación, repito, vía regia al orgasmo: a) el abuso, b) la clandestinidad, c) el desafío, d) la impudicia y e) la promiscuidad. El espectador –o consumidor– con alma de investigador podrá confirmarnos si el orden temporal de estas situaciones se corresponde con el de la evolución psicológica a lo largo de la historia. Si bien mi propósito fundamental no fue inducir a una reflexión sesuda sobre la condición humana, confieso que intenté aportar algo a la comprensión de la sexualidad, no para explicarla sino para potenciarla como práctica eficaz; y, considerando el probable fracaso de este ambicioso objetivo, me esforcé entonces por salvar –al menos– la sobreexcitación en el espectador-consumidor, cosa de predisponerlo para un orgasmo cabal (por supuesto, a través de una conspicua masturbación que, como ya dijimos, puede realizarse en pareja, total no le hace mal a nadie).
Por último, si Eternas Felaciones es una película estrictamente heterosexual se debe a momentáneas razones de mercado que aconsejan evitar desconciertos climáticos; pero me gustaría dejar bien en claro que, con la misma pasión y dedicación que consagré a la realización de esta película, proyecto realizar también películas gays, y bizarras, y travestis y así recorrer la multisexualidad en continuo desarrollo, aunque sólo pueda llegar donde me lo permitan mis propios desprejuicio y liberalidad.

4 comentarios:

ajsoifer dijo...

Estimado David: leí tu comentario en mi blog y pasé por el tuyo.
Me sorprendí gratamente al ver tu planteo estético (interesante idea en un mundo saturado de softocre francés aburrido del que pasan por FilmZone) y me interesó mucho la idea de que un director de Cine porno tenga su blog donde plantear sus inquietudes artísticas.

Hablabas de mi primer novela y con gusto te la daré a leer en cuanto la tenga publicada (estamos trabajando en eso) y te comento de paso, que acabo de encarar mi segundo proyecto de novela que intento, se estructure a partir de la filmación de una película pornográfica, por lo que cualquier tipo de dato, anécdota o información que quieras compartir conmigo, me vendría fenomenal (aparte, debo admitir que los estudios sobre erotismo y pornografía son un campo de estudio de mi interés).
Te saludo y espero seguir leyéndote,
Alejandro Soifer (aka "Rufián Melancólico")

David Bellini dijo...

Alejandro: será un honor para nosotros que asistas a todas las facetas de la producción de la próxima película. Te escribiré para contactarnos y asegurarme de que obtengas el material necesario para tu obra.
Un saludo emocionado.

Anónimo dijo...

DAVID QUIERO TRABAJAR PARA USTED QUE TENGO QUE HACER MI CELULAR ES 3182866706 SOY DE COLOMBIA

David Bellini dijo...

Lo primero es salir del anonimato (al menos entre nosotros) para enviarnos tus datos completos, experiencias -o no-, preferencias y límites sexuales, y -si es posible- una foto o varias de cuerpo entero. El requisito de las fotos no implica discriminación, al contrario, es para hallar el papel adecuado a cada uno. Lo segundo es tener paciencia, porque además de la caída de la producción debido a la crisis económica, es larga la lista de postulantes masculinos. No obstante, vale la pena, ya que al final te esperan los suaves y ardientes brazos de muchas beldades y un poco de dinero.