miércoles, 29 de junio de 2011

Los pornógrafos odiamos el misterio

A causa de la piratería y del todavía informe mercado on line, los músicos del mundo entero se han visto obligados a realizar shows en vivo (recitales) para remontar sus ingresos; pero no son los únicos afectados por la transición regulatoria de la economía informática: los productores triple X sufrimos tanto o más que ellos porque, como nadie lo ignora, la demanda de imágenes sexuales es máxima en internet; y todavía estamos en la época de que muchos empresarios o aspirantes a serlo (los usuarios ambiciosos) ofrecen descargas gratuitas para aumentar el número de visitas a sus sitios webs con el propósito –que muchos alcanzan- de monetarizarlo indirectamente. De ahí que apelen a subir sin autorización artículos con derechos de autor, y pocos protestan por eso; o, bajo protesta, no dudan en usufructuar lo que otros harían por ellos sin ningún asco. En fin, como dice Eduardo Punset en su excelente libro Adaptarse a la marea: “La palabra clave es flexibilidad”. Así que mientras dure la transición confusional, trataremos de adaptarnos a la marea. Esto significa que nosotros, los productores porno, también saldremos a ganarnos el pan con la producción en vivo. Los detalles de nuestro plan los revelaremos en pocos días, después de que concluyamos de cerrar los acuerdos con los dueños de locaciones (boliches, residencias, garages) donde comenzaremos a filmar escenas de la próxima película de Víctor Maytland –sólo bajo estas condiciones pudimos convencerlo de su regreso a la arena- y a las que podrán asistir los partidarios del porno con sólo abonar una entrada equivalente a la de cualquier boliche swinger y que les otorgarán los privilegios imaginables –e irreproducibles en una noticia pública como ésta.

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