Cómo fue el "Día 1"

Pasó el “Día 1” de la fiesta-videofílmica sin precedentes en la historia del esparcimiento adulto argentino. Como nuestro plan apunta a cumplir un programa de treinta días de fiestas y filmaciones, quedan veintinueve (en el fondo de nuestros corazones, aspiramos a llegar a ciento veinte, y homenajear así tanto a Sade como a Pasolini). Estos treinta días se distribuirán de la manera más variada posible; los detalles de su naturaleza son complejos y ricos en sexualidad, erotismo y la diversión asociada a ellos, además de su registro videofílmico y la edición de la película “30 días de Sodoma” que se distribuirá –si Dios quiere- vastamente.
Los que asistieron al evento afirman que cumplimos con las expectativas generadas. En efecto, hubo presencia y actuación de actrices de primer nivel, shows eróticos, performances de alto voltaje y, en especial, la filmación de las escenas, primero con los seleccionados del casting que fueron sometidos a una prueba extrema e inédita: debutar antes las cámaras con público no técnico de testigo; después con la intervención de “voluntarios” espontáneos que se sumaron (escudados tras máscaras y antifaces) a la bacanal final sobre el escenario. Además de las estrellas porno (Ana Touche, Dorian Gracefull) que probaron a los actores debutantes –seleccionados del casting- y también a los “voluntarios”, colaboraron actrices profesionales e, incluso, chicas del público, para potenciar su rendimiento. Así, una cantidad de varones se dieron el gusto de cumplir con una de las fantasías más populares del morbo aficionado: actuar en una porno, tanto en las escenas del casting como en la bacanal. Los que optaron por no cubrirse la cara, firmaron las autorizaciones y los contratos sin vacilar. El resto se divirtió como en un sueño húmedo de envergadura –pocas veces esta expresión idiomática es más atinada. La fiesta incluyó un beneficio adicional que no puede programarse pero que, venturosamente, se verificó como un premio sorpresa: amistades y simpatías nuevas que nos devolvió a casa con el alma satisfecha.